domingo, 27 de mayo de 2007

LOS ESTOICOS

El comienzo del estoicismo coincide prácticamente con el del epicureismo ya que Zenón (nacido en Chipre) funda su escuela ateniense hacia el año 300 a.C., veintitrés años después de la muerte de Alejandro Magno (acontecimiento que coincidió con la fundación de la escuela de Epicuro). Tanto el epicureismo, como el estoicismo y el cinismo son excelentes ejemplos de cómo la filosofía se relaciona con su contexto histórico. En este caso, aspectos fundamentales de la orientación filosófica representada por las tres escuelas se comprende en conexión con las transformaciones sociales, económicas y culturales ligadas al fin de la polis, al fin de la hegemonía ateniense, a la construcción y posterior desmembramiento del imperio de Alejandro.
La historia del estoicismo suele dividirse en varios períodos: el antiguo (la Stoa antigua -siglos III y II a.C.), el medio (la Stoa media), y el período del imperio romano. [“Stoa” es la trascripción de un término griego que significa “pórtico” y alude al lugar dónde se fundó la escuela: el “Pórtico de las Pinturas” de Atenas].
Aunque nos vamos a centrar en la ética estoica no hay que olvidad que el estoicismo es un sistema filosófico completo, en el que hay una correlación esencial entre la práctica (la acción) y la teoría (el conocimiento) [el deber ser ha de apoyarse en lo que es]. Mientras que los cínicos no comparten la importancia que el estoicismo y el epicureismo atribuyen al conocimiento, los tres coinciden en que la filosofía está al servicio de la vida y debe conducir a la felicidad.

Zenón recibió la influencia de los cínicos e indirectamente de Sócrates, definió al hombre como el “animal que habla y razona”, y consideró que en tanto ser racional la conducta humana ética solo puede ser reflexiva. Esta unión de acción y razón o conocimiento se expresa en su concepción del sabio: el sabio no es solo el que sabe o tiene conocimientos, sino el que obra bien o correctamente (en ética este obrar bien o correctamente suele denominarse “virtud”). El objetivo de vivir bien (la virtud) solo se alcanza mediante la reflexión y la investigación de la verdad y consiste en vivir de acuerdo (en conformidad) con la naturaleza. ¿Pero a qué se refiere cuando dice “naturaleza”? en el caso del ser humano se refiere a nuestra naturaleza racional que coincide con una cierta racionalidad (logos) universal.
Tanto los epicúreos como los estoicos buscan la ataraxia, pero mientras que para los primeros significa no-turbación, no-dolor, para los segundos significa imperturbabilidad y firmeza. Imperturbabilidad y firmeza ante los cambios de fortuna, ante las adversidades, pero también ante las propias pasiones y emociones (por eso afirman que solo el sabio es libre -en este sentido, “libre” con respecto a sus pasiones, emociones o impulsos, que sabe dominar-). Además buscan la autarquía o autosuficiencia.

VIRTUD Y FELICIDAD
Muchas escuelas o teorías éticas pueden definirse mediante su actitud ante estos dos conceptos y según respondan a la pregunta “¿qué relación hay entre virtud y felicidad?” (donde “virtud”, como ya hemos visto, significa vivir bien, conducta correcta o buena, o simplemente “ética”). ¿Virtud y felicidad van necesariamente unidas o por el contrario son independientes, pudiendo darse la una sin la otra?
La respuesta estoica es que van unidas, ya que mediante la ataraxia y la autarquía, y viviendo según la naturaleza-razón se consigue la felicidad. [Evidentemente, todo depende del concepto de felicidad, de lo que entendamos por felicidad, para los estoicos la felicidad es un estado de autodominio y “desapego”: “vida, salud, honor, posesiones, placer, no son en sí y por sí bienes, como no son en sí y por sí males, la muerte, la enfermedad, las afrentas, la pobreza o el dolor”: “para el virtuoso la felicidad verdadera está en el sentirse libre de toda perturbación exterior, en la independencia y la tranquilidad interna” (Juan Carlos García Borrón en Historia de la ética I)] (Sobre la independencia interna v., lo dicho más arriba sobre las pasiones y las emociones).
La actitud de los estoicos ante las emociones y las pasiones (los “afectos”) ha presentado distintos grados y matices: desde los que han tratado de extirparlas hasta los que se han contentado con dominarlas o controlarlas (y de esta manera las han encontrado útiles, como Panecio de Rodas).
Otros estoicos relevantes en el imperio romano fueron el emperador Marco Aurelio, Epictecto (que fue esclavo) y Séneca (nacido en Córdoba). Séneca fue un estoico heterodoxo, algunas frases pueden resumir su pensamiento (o una parte importante del mismo). Por ejemplo, no desdeñaba los bienes materiales ni los placeres (aproximándose a Epicuro), pero siempre que no nos dominasen: “sepamos que los bienes son esclavos nuestros”, “las riquezas son mías, mientras que tu eres de las riquezas”, “tendremos el placer, pero seremos sus dueños y moderadores”.Por otra parte, insistió en la firmeza ante el sufrimiento y la adversidad: “La naturaleza golpea y hiere inevitable y constantemente, pero debemos mantenernos invictos”, “no sentir la propia desgracia es impropio del hombre, no soportarla es impropio del varón”[1], “Ser siempre feliz y recorrer la vida sin recibir mordiscos en el alma es ignorar la mitad de la naturaleza de las cosas”.

Otras ideas estoicas: la igualdad entre todos los seres humanos, la idea de cosmopolitismo, la actitud ante los dioses y la religión.

-Para comparar e investigar: Razón y emoción. Razón "pura" e Inteligencia emocional. El deseo.

NOTAS
[1] Esta idea de lo varonil, el vir fortis ideal de Séneca, es propia del contexto sociocultural romano y del papel asignado en él a la mujer.