miércoles, 18 de abril de 2007

LA FELICIDAD SEGÚN EPICURO


EPICURO Su escuela (más bien un grupo de amigos) se encontraba en el jardín de su casa y a ella podían acudir, a diferencia de lo que ocurría en otra escuelas, mujeres y esclavos. Llevaban una vida modesta y tranquila. La ética de Epicuro relaciona virtud, placer, y felicidad mediante el cuidado del cuerpo (vida sana) y del espíritu (podríamos decir también "del alma", pero recordando que para Epicuro se trata de algo material y mortal -como la mente-), para lo que resulta imprescindible un conocimiento correcto de la realidad, ya que hay creencias erróneas que son un obstáculo para la felicidad.
La filosofía nos dice qué pensar y cómo vivir para ser felices (lo que implica un determinado concepto de felicidad: básicamente, la ausencia de sufrimiento y la paz espiritual). Su objetivo es fundamentalmente práctico: mientras que la medicina se ocupa del cuerpo, la filosofía se ocupa de la salud del alma, es sobre todo -aunque no exclusivamente- un arte de vivir, una ética.
Para Epicuro no todos los placeres son iguales, son preferibles los duraderos frente a los fugaces y los de carácter espiritual frente a los más materiales, sin embargo, esto no significa un desprecio de los placeres sencillos asociados al cuerpo, especialmente cuando responden a la satisfacción de una necesidad básica, como beber agua cuando se tiene sed. Por otra parte, ya sabemos que a veces es preferible elegir un dolor (mal) o rechazar un placer (bien) si tenemos en cuenta las consecuencias.
[Entre nosotros: creo que una sugerencia de Nietzsche proporciona una clave para entender al filósofo griego. Epicuro estaba enfermo y trato de imaginarme lo que es el placer para un enfermo, principalmente no sentir dolor, poder disfrutar de las cosas sencillas que nos gustan y nos proporcionan bienestar. De alguna manera, para el enfermo, la felicidad sería el estado normal].

-Tema de redacción/investigación: "Lo superfluo".